Las obras que presentamos del artista Manu Muñoz, están inmersas en los conceptos más clásicos de la pintura, que son usados mediante un lenguaje plástico contemporáneo donde se sintetizan algunos de los rasgos más característicos de las series de épocas anteriores.

 

Los drippings de Arsenales de energía (1998) vuelven a aparecer esta vez para desfigurar la imagen y convertirla en un recuerdo borroso o en una realidad en proceso de transformación.

 

Las composiciones, dinámicas y a veces caóticas, nos traen a la mente los escenarios flotantes de Irrealidad virtual  (2001).

En Anestesia local (2006), la figuración se abría paso para tomar parte de un universo en el que nada parecía permanecer quieto y donde las dimensiones del soporte eran un límite únicamente físico.

 

En su última exposición en Londres, Psychotourism (2010), la naturaleza, muy presente siempre en las obras de Manu Muñoz, tomaba la forma de aves en vuelo, a veces en cielos siniestros y otras seductoras explosiones cromáticas.

Esta línea se sostuvo hasta The flight (2013), una muestra donde también comenzaban a aparecer algunos de esos “seres menores” que sirven para articular y dar forma a las historias representadas en Lesser Beings, un prontuario de pequeñas historias protagonizado por seres tan desconocidos como fundamentales.

En esta nueva serie, la aportación digital en el proceso de edición de los bocetos previos se hace patente en el tratamiento del color, que, si bien sigue conservando la esencia de lo representado, dota a la imagen de una atmósfera casi irreal.

Los elementos figurativos siguen siendo un mero pretexto para la construcción de escenarios en los que dar cabida a nuevas formas de entender, de ver y pensar, en una clara intención de ir más allá de lo primitivo y natural. Es de entender que existe una relación a nivel plástico entre las obras, pero también una insistencia en que cada una de ellas sea singular; a veces sus protagonistas aparecen como meros espectadores y otras como protagonistas principales de sucesos imaginados que, en la mayoría de los casos, no existirían fuera de un mundo onírico.