La trayectoria y enfoque artístico de Urtzi Ibarguen exploran la intersección entre lo digital y lo físico, centrándose en la relación entre el entorno físico, las nuevas tecnologías y la cultura contemporánea.

 

Su obra, principalmente escultórica, se desarrolla a partir de la fusión de técnicas de fabricación digital (impresión 3D) con materiales tradicionales como la madera, la lana o la cerámica.

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Efectivamente, en la obra de Urtzi Ibargüen no hay acción antrópica física-manual; utiliza el ordenador de forma irónica como un espejo que refleja aquello en lo que nos hemos convertido a lo largo de todos estos siglos de proyecto humanístico: datos o referentes simbólicos de nuestra apariencia. Estos son los que él utiliza a modo de cimientos para construir otra identidad que se adapte a los paradigmas contemporáneos, caracterizados por una brutal transformación tecnoeconómica y una conceptualización de la sociedad como una red uniforme y no como un conjunto heterogéneo de subjetividades.

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En definitiva, la obra de Urtzi es un producto de una radical imaginación socio-política y una llamada a inventar el futuro antes de que nos lo impongan. Son piezas pequeñas que pueden ser utilizadas como catedrales utópicas, que proclamen una modernidad y un tiempo por venir común y sin dioses.

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