LOGRADOURO
Marcos Chaves
23 enero - 23 febrero 2008
Calle Alameda 18, Madrid
Invitación | Sin Título2008/ Impresión UltrachromeK3 Epson sobre papel algodón Museum Hahnermühle / 110 x 149 cm | Sin Título2008 /Impresión UltrachromeK3 Epson sobre papel algodón Museum Hahnermühle/ 110 x 149 cm |
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Sin TítuloSin Título/ 2008/ Impresión UltrachromeK3 Epson sobre papel algodón Museum Hahnermühle/ 110 x 147 cm | 2008 / Impresión UltrachromeK3 Epson sobre papel algodón Museum Hahnermühle / 110 x 150 c | Sin Título2008/ Impresión UltrachromeK3 Epson sobre papel algodón Museum Hahnermühle/ 110 x 147 cm |
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“LOGRADOURO” MARCOS CHAVES
Blanca Soto Arte presenta por primera vez en España el trabajo del artista Marcos Chaves (Brasil, 1961).
La obra de Marcos Chaves trata de construir una nueva ética para el mundo de las formas. Un intento de hacer que el universo del arte reflexione y sea capaz de especular sobre el sentido del mundo, su lógica, sus convenciones y sus absurdos. Apropiándose de objetos banales, de códigos propios del consumo de masas, de la arquitectura e incluso de la escena urbana, el artista parte de las cosas y de las señales ya asimiladas por la convención o por el hábito para inyectar en ellos otras significaciones, sorprendentes e inesperadas. Siguiendo la estela de los dadaístas y Duchamp, Marcos Chaves sigue la veta de esos desvíos como forma de intervenir en el orden funcional o convencional de los objetos y de los comportamientos. Con interferencias irónicas y llenas de humor, el artista desestabiliza al espectador, negándole la base de aquello que cree conocer y dominar, mostrándole otro lado de objetos, formas y materiales que en principio parecen vulgares.
Marcos Chaves presta función artística y da volumetría y monumentalidad a materiales ordinarios y simples, como las cintas negras y amarillas usadas en la señalización urbana, que además del sentido orientativo y de ordenamiento en la vida cotidiana, son empleadas por el artista con un sentido contrapuesto que provoca desorientación y turbulencia visual, desdibujando los límites originales del espacio y despojando al espectador de cualquier punto de horizonte y equilibrio. Sin referencia espacial, el espectador encuentra en el desequilibrio y el vértigo el extrañamiento de su propio lugar en el mundo, ahora desnudo de las reglas y señales que lo conforman. Sin embargo, a pesar de ese sentido desestabilizador, la obra tiene como principio el trazar constructivo de líneas y colores, siguiendo pautas que, al menos a priori, parten de coordenadas precisas y geométricas, lo que, en verdad, constituye su paradoja y riqueza.
Para la realización de esta nota de prensa se ha recurrido al texto “Logradouro” de Ligia Canongia 21/10/2005