Chus García Fraile tiene una mirada crítica sobre la sociedad de consumo y sus manifestaciones; sus series pictóricas sobre zapatillas deportivas o contenedores, sus fotografías sobre la épica publicitaria, o sus creaciones videográficas como Mercado continuo demuestran la capacidad de la artista para despojar los objetos cotidianos de lo superfluo y hacer emerger de ellos los mitos del consumo de la sociedad actual.  En la serie de las zapatillas, pinturas fotorrealistas sobredimensionadas, se observa la transformación de esos objetos cotidianos en iconos. Estos seductores objetos se convierten en un espejo implacable que recuerda que menos es más: consumir menos para ser más felices. De hecho, Baudrillard declara que “vivimos en el tiempo del objeto” y la artista Chus García Fraile ilustra con una cierta ironía la democratización del objeto de consumo. Se entiende pues que no son los gustos personales o las necesidades individuales las que llevan  a elegir un producto u otro, sino la gran presión mediática, la invasión de la publicidad que vemos cada vez ocupando más espacio en la calle y en las mentes.

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El futbolín hecho de cerámica de Talaverana con la formación de equipos del Real Madrid y del Barcelona, dos clásicos, tiene un carácter ornamental, barroco. Es donde reside su esencia de carácter lúdico en su origen para convertirse contemplativo y subjetivo dada su inutilidad, dando así lugar a una nueva realidad. Una nueva realidad invitada por lo irracional, la lógica abolida y una cierta tendencia Dadaísta entrelazando los contrarios y las contradicciones. Chus García Fraile es nihilista en su espíritu: desarticula el método, refuta la realidad y niega todo lo que predique una finalidad superior.  Se deshace de toda idea preconcebida para dar paso a otra opción abierta en cuanto a su significado. El Pop se introduce también en su obra a través de objetos culturalmente populares, removiendo el material de su contexto y aislándolo para su contemplación, además de enfatizar el aspecto Kitsch con ironía.