Pep Guerrero (Port de Sòller 1966) presenta por primera vez en Madrid su divertida y colorista obra que trasmite el placer de pintar e invita al espectador al disfrute sin complejos de lo netamente visual.

 

Pep compone sus piezas con iconografías dispares pero siempre armónicas (estampados, paisajes de toile de jouie o falsas pieles de animales), en sus obras más recientes, el artista incorpora reproducciones de pinturas renacentistas, consiguiendo un resultado impactante.

 

De igual modo, su pintura es elemento vivo que recorre, además de sus ya característicos cuadros, objetos cotidianos a los que eleva a la categoría de arte, en una suerte de objet trouvé que el artista emplea como leif motiv de sus atrayentes composiciones; zapatos, bolsos, mesas, sillas e incluso un futbolín, forman parte del universo particular de un artista que reivindica la sencillez, que aboga por lo pictórico. En palabras de Fernando Castro sus obras son “regalos para la vista, cosas sorprendentes, formas divertidas que consiguen que la cotidianeidad recobre algo que me atrevo a denominar magia”.

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